Reto 1. La antropología en el diseño

He decidido enfocar mi estudio en una urna funeraria, una elección que contrasta con mi tendencia usual de no atribuir mucho valor a los objetos y de desprenderme de ellos con facilidad. Sin embargo, el mes pasado viví una experiencia que cambió radicalmente mi perspectiva. La pérdida de uno de mis perros, con quien compartí 11 años de estrecha relación, me llevó a decidir guardar sus cenizas en esta urna. Ahora, esta urna se ha convertido en uno de los escasos objetos en mi hogar que despiertan en mí una profunda conexión emocional.

Cada vez que la miro, me transporta a mi difunto perro. Es este vínculo emocional el que me llena de un afecto profundo y me hace sentir un apego especial hacia este objeto. La presencia de la urna, de alguna manera, me brinda consuelo y me permite sentir la cercanía de mi mascota (aunque sea solo de forma imaginaria).
Además de su significado personal para mí, me parece interesante explorar las dimensiones culturales y las funciones simbólicas que están asociadas a las urnas funerarias. Estos objetos trascienden su propósito práctico de contener restos humanos o de animales y creo que también comunican mensajes simbólicos y culturales sobre la muerte, el duelo y la memoria. Es por ello que me motiva investigar las creencias y prácticas culturales que se entrelazan con el tema de la muerte y el más allá.

¿Cuáles son las características formales y funcionales principales del objeto elegido, y a qué «necesidad universal» responde, así como las prácticas sociales con las que se relaciona?

Las urnas funerarias son contenedores diseñados específicamente para almacenar las cenizas quemadas de una persona o un animal después de su fallecimiento.  Responden a la necesidad universal de honrar y recordar a los seres queridos que han fallecido. Pueden estar hechas de una variedad de materiales , como cerámica, madera, metal, piedra u otros materiales decorativos.
Hay mucha variedad de tamaños para poder adaptarse a las necesidades individuales y a la cantidad de cenizas que contendrán. Algunas urnas están selladas herméticamente para preservar las cenizas de manera segura, mientras que otras pueden tener tapas removibles (como en el caso de la urna de mi perro) o cerradas con rosca para permitir un fácil acceso a las cenizas si es necesario. También se pueden personalizar con grabados, inscripciones o placas conmemorativas que honran la memoria del difunto.

A lo largo de los siglos, las urnas funerarias han cumplido un papel dual: reflejar las creencias culturales y religiosas de una sociedad y servir como un medio para honrar y recordar a los fallecidos. Su diseño y propósito han evolucionado en paralelo a los cambios en la sociedad y la tecnología, manteniéndose como un elemento crucial en los rituales funerarios en todo el mundo. Exploraremos por qué surge la necesidad de urnas funerarias y cómo sus características formales, funcionales, estéticas y de usabilidad pueden variar según el contexto y la cultura, ya que estas reflejan las creencias y prácticas funerarias propias de cada sociedad.

A lo largo de la historia, las urnas funerarias han cambiado según las creencias y prácticas de cada época. Desde las urnas antiguas que guardaban cenizas hasta las modernas biodegradables, el diseño de estas urnas ha sido influenciado por factores culturales, sociales y ambientales.

La cultura determina los materiales, formas, decoraciones y usos de las urnas funerarias. Cada cultura tiene sus propias tradiciones y significados sobre la muerte, lo que se ve reflejado en el diseño de las urnas. Entender el diseño de las urnas desde una perspectiva antropológica nos ayuda a ver cómo las diferentes culturas han enfrentado la muerte con el paso del tiempo y cómo eso se ha reflejado en los objetos funerarios que los acompañan en su viaje al más allá.

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